Miedo
Miedo. Un sentimiento tan común, tan humano, tan conocido. Y a la vez tan extraño y desconocido. ¿Qué hacer cuando nos aprisiona hasta robarnos el aire? ¿Qué hacer cuando nos impide caminar hacia nuestros sueños? ¿Qué hacer cuando nos hace perder oportunidades y perdernos a nosotros mismos? Cuando nos quedamos paralizados, con angustia y pesar, mientras miramos al demonio de nuestros temores abalanzándose sobre nosotros. Que nos devora. Nos hacemos pequeños, diminutos, insignificantes. El miedo siempre estará ahí, expectante, escondido en la oscuridad. Acechándonos como una oscura sombra que nos arrebata nuestras más anheladas esperanzas e ilusiones. Que nos apaga el cielo estrellado y lo convierte en una noche de brujas y sombras inquietantes. Noche de azabache en la que solo nos acompaña la silenciosa oscuridad y nuestras preocupaciones. Llenándonos de ansiedad y duda hasta no reconocernos a nosotros mismos. El miedo a lo nuevo. A lo desconocido. A los cambios. El miedo a volar.