Cansada
Cansada. Cansada de dar por hecho las cosas. De pensar que las cosas son de una manera cuando en realidad no. De creer en ilusiones que se rompen con tan solo tocarlas, como si se tratasen de una sutil quimera. De creencias disfrazadas, de rostros enmascarados, de pensamientos intrusos que desordenan mi calma. Demasiado inocente para este mundo. Demasiados sueños incrustrados, hasta el punto de no poder ver la luz de la cruda realidad. Demasiado frágil, demasiado ligera hasta el punto de no poder rozar el suelo. Y por ello, la realidad me pega una bofetada en la que siempre quedará la huella. Harta de darle vueltas a la cabeza hasta perder mi felicidad y mi calma. De acosadores pensamientos que drenan mi energía hasta convertirme en un ovillo de ansiedad y miedo. Quisiera un descanso de tanto. Quiero poder huir a un pacífico lugar desconectado de todo. Allá donde pueda gritar hasta quedarme sin voz para echar todo lo que llevo dentro, quemándome en los labios y en el pecho. Qué frági