Descansar

Un descanso.

Un respiro.

Es eso lo que necesitamos cuando todo nuestro alrededor cae preso del caos. Cuando las situaciones pueden con nosotros y nos aplastan. Cuando todo es demasiado y acabamos perdiéndonos. Cuando nos convertimos en sombras desbordadas de miedos, preocupaciones, malos sentimientos.

De agotamiento. 

Y es entonces, al estallar, cuando nos damos cuenta de que estamos cansados. De que hemos pasado demasiado tiempo siguiendo lo que nos dictan, dejando en el olvido lo que nuestro corazón desea. Abandonando nuestros propios sueños que poco a poco se van volviendo ajenos. Y de repente por fin oímos esa voz interior que nos ha estado llamando en vano. Es voz que se ha rendido y se agota de tanto gritar. Esa voz que se convierte en un murmuro que resuena lentamente cuando estamos en el silencio. 

Pero solo necesitamos respirar. Detenernos a pensar, a escucharnos, a entendernos un poco más. Alejarnos de todo y de todos para poder sentirnos. Analizar nuestras emociones y buscar el porqué de su existencia. Darnos un tiempo a nosotros mismos para poder seguir caminando por esta vida de mil caras. Todo lo malo pasará. Todo lo gris se teñirá de color. Todo lo que tememos algún día se irá, quizá. Pero para darnos cuenta de eso es necesario detenerse y reflexionar. Conocernos.

Descansar. 




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