Un beso al cielo

Me quedaron tantas cosas por decirte, tantas cosas que no se atrevieron a salir de mi boca. Tantos te quiero, tantos te echo de menos, abuela. Ha pasado ya mucho tiempo desde que te fuiste allá donde no puedo alcanzarte. Me dejaste todos aquellos recuerdos que compartimos, aunque ya no los recordabas. Tu memoria perdida en el tiempo, tus ojos celestes fijos en otro lugar. Un lugar lejano e irreal. ¿Habrás recuperado todo aquello allá donde estés? ¿Habrás recordado mi voz cuando te llamaba abuela con cariño? A esa niña tan cercana que tanto disfrutaba yendo a tu casa. Que se la pasaba jugando en el cuarto. A la que regañabas por subirse al espaldar del sofá. 

Hoy miro atrás y me doy cuenta de lo tonta que fui al no acompañarte hasta el final. Hoy entiendo que perdí la oportunidad de decirte lo mucho que te quiero. La gratitud que siento por haberme cuidado tanto en otra época. Por todos aquellos cuentos que me leías. Por las cintas que grababas con mis series favoritas, para que no me las perdiera. Por recogerme del colegio y darme de comer. Por contarme historias cuando había tormenta para que no estuviese asustada. Por las mantas que nos tejías para el invierno y los regalos que nos hacías. Por preocuparte, por regañarme, por acompañarme. 

Hoy me duele el daño que quizás te provoqué al alejarme. No estaba pensando con claridad. Quizá tenía miedo al ver que te desvanecías por aquella maldita enfermedad. No quería aceptarlo. No quería que fuese cierto. Me envolví en un muro de timidez y distancia con el que quedaron atrás esos buenos tiempos. Pero ya se ha roto ese muro y tu ausencia vuelve ahora a escocerme. Quisiera volver a abrazarte. Quisiera volver a llamarte "abuela" y ver tus ojos celestes mirarme. Pero supongo que ya es demasiado tarde. Hoy esa niña vuelve a extrañarte y a preguntar dónde te has ido. Esa niña, que sigo siendo yo, desearía poder verte una última vez. Pedirte perdón. Volver atrás en el tiempo para hacer las cosas de diferente forma.

Hoy lanzo un beso al cielo para que lo recibas tú. Uno que llegue roce las nubes y llegue a las estrellas. Hoy quiero despedirme aunque haya pasado tanto tiempo. Supongo que me ha costado asimilarlo. Ahora quiero recordarte bien y olvidar estos últimos tiempos donde estuve alejada. Quiero recordarte en tu sillón, la manera en la que te quejabas de cuando veía Doraemon, tu agradable risa y tus quejas, tus ojos azules que parecían sonreír cuando lo hacían tu boca. Seguiré adelante, llevándome los mejores recuerdos conmigo.

Gracias, abuela. Gracias por todo.

Perdón por no haber estado ahí cuando tu memoria empezó a deshacerse. Perdón por no haber entendido la situación. Perdón por desaprovechar el tiempo que te quedaba. Perdón por no poder haberte dicho todo esto nunca. 

Espero que allá donde estés, me recuerdes. Yo jamás te voy a olvidar. 



Comentarios

Entradas populares de este blog

Heridas de infancia

Querida yo

Cansada